Camas ajenas

Pasé tantas noches felices entre tus sábanas, que mi cama se volvió ajena. Y ahora estoy condenada a dormir cada noche sintiéndome una intrusa.

Post-It

Quise dejarte una nota de amor en un post-it; pero escribí  “te quiero” en el lado del pegamento.

Aquella noche

Aquella noche de primavera me llamaste para decirme que hacía un mes que habías dejado de llamarme.

CORAZÓN BIPOLAR

Me acuerdo mucho de aquel día
que me llevabas de la mano
a todas partes, incluso al baño,
por si acaso de repente
desaparecía de tu lado
entre aquella maraña de gente
con cuerpos alcoholizados.

Y tan sólo una semana después
decidiste huir de mí lado
escondiéndote en la oscuridad
de cualquier antro de la ciudad,
con ojos brillantes y asustados,
detrás del humo de un cigarro
por si acaso el maldito destino
los encontraba de nuevo con los míos.

Una caricia

Todas y cada una de las noches que nos acostamos juntos, me desnudabas y recorrías mi pecho con tus dedos hasta quedarte dormido. Yo sonreía sintiéndote acariciando mi piel mientras me dejaba vencer una vez más por el sueño.

Lo que yo no sabía entonces y ahora sé, es que no se trataba de meras caricias, si no que estabas explorando la zona para poder arrancarme fácilmente el corazón y descuartizarlo después.