martes, 5 de junio de 2012

En el camino




Se sentó al margen del camino, sola, viendo cómo todos seguían su trayecto.

Miró hacia atrás y se dio cuenta que estaba en el mismo punto de siempre, incapaz de avanzar, incapaz de seguir. Golpeó el suelo con los puños hasta que se deshizo las manos, como si quisiera así olvidar el dolor que le provocaba tener el alma deshaciendose en pedazos, sangrando a chorros invisibles, dejándo su interior vacío. Se supo frágil. Se supo perdida. La tierra se le escurría entre los dedos y vio como el viento la esparcía lejos, muy lejos, siempre hacia delante.



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